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jueves, 19 de enero de 2012

SDF

¿Por qué la gente se empeña en coleccionar personas? Qué afán por acumular rostros incómodos o situaciones raras de las que se podrían prescindir sin ningún remordimiento. Total, todos somos sustituibles cuando transcurren un par de meses. Las redes sociales tienden a agravar este complejo de síndrome de Diógenes. Deberíamos ser más selectivos y menos "correctos", aunque la tentación de saber datos irrelevantes acerca de personas con las que no hablamos es adictivo. Por ejemplo, creo que no hay nada más enriquecedor que ver fotos del fin de semana entre amigos en una casa rural de "X", o si lo ha dejado o no con su novi@. De ello depende mi sustento emocional de la semana.
También encuentro una costumbre que no se debería perder nunca fingir interés por los problemas o anécdotas que nos dan igual; escuchar nombres a los que nunca pondré cara y ejemplos similares. Es información confidencial que retendré 5 minutos y luego a resetear, pero qué 5 minutos tan bien echados...
"Síndrome de Diógenes filantrópico", ya está, ya lo he bautizado. El problema con el SDF es que a veces fingir no es una opción aceptable porque sientes realmente interés hacia una persona y descubres que la desidia se puede transformar muy fácilmente en inquietud, curiosidad, y por qué no, amistad. 
Distingamos tres tipos de amistad: amistad estándar, amistad polémica y amistad con vistas a. De las tres, la más sana es la primera sin lugar a dudas, y ésta a su vez se ramifica en BFF (best friends forever) o RF (random friendship). Los otros dos tipos requieren un marco teórico-práctico demasiado subjetivo como para ser imparcial y todos sabemos cómo terminan los soliloquios (muerte para ti y toda tu familia si le hacemos caso a Shakespeare o mensajes turbios y con mucha controversia si somos un simple mortal sin el don "mágico" del dramatismo griego).
No obstante, quiero expresar mi apoyo incondicional a aquellas personas que han logrado o tienen el potencial más que probable de cambiarte la vida. Esos no son rostros de segunda clase, ni requieren paripés innecesarios; son el tipo de persona que te aportará todo eso que buscas y cuesta encontrar. Pueden adquirir muchas formas: amantes, amigos de infancia, circunstanciales, amigos con síndrome de madre que te conocen mejor que tú mism@, escritores o incluso domadores de perros de fama cuestionable. No conviene cerrarse puertas. Los domadores de perros de fama cuestionable también tienen problemas; Toby no siempre quiere dar la patita y ladrar al cartero.
Este tipo de personas hacen que la pantomima sea más llevadera y demuestran que las ilusiones no mueren, se reciclan. Regala chocolate, comparte música o quédate en casa haciendo un ciclo de cine compartido, pero admite que de vez en cuando la gente no es tan capulla.