Powered By Blogger

jueves, 28 de mayo de 2009

Ahora que nadie me ve: Adiós


Cuando te vi por primera vez no sonó ninguna canción, ni el mundo parecía moverse a cámara lenta, pero sin duda, lograste hacerte inmortal. Estas son las últimas palabras que te escribo. No más poemas reivindicando promesas de futuro, ni parrafadas sonámbulas que acentúen la frustración de no ser escuchada. Realmente no sé qué más me queda por decirte cuando hablarte me deshidrata e imaginarte me hace aún más pequeña. Ya es suficiente.
Adiós, mi musa impredecible. Tantos recuerdos, tantos momentos consumidos en la humedad del reproche. Has logrado hacerte inmortal, sí. Has conseguido sacar lo mejor de mí y hundirme con ello en cuestión de horas. Me animaste a arriesgar, a pensar que se puede soñar, a soñar que se puede cambiar; me hiciste vulnerable, tan vulnerable que nunca se me ocurrió pensar que podía aspirar a algo más que a ser el suplente de un banquillo demasiado poblado. Contigo me senti indefensa, mis manos nunca sudaron tanto y mis piernas tenían la fea costumbre de temblar cada vez que estabas cerca. Entoces me dediqué a capturar mariposas, no podía soltarlas, tú me lo prohibiste. Malgasté tanto tiempo idealizándote, que me olvidé de conocerte, de ver más allá de mi visión adulterada de ti. Había creado un alterego tan perfecto que el miedo a ser avasallado por la realidad enmudeció las voces de mi conciencia.
Y de repente hoy, un día cualquiera de un mes cualquiera, debo hacer frente al final, al desenlace prácticamente definitivo de cinco años de persecución clandestina, cinco años de dudas, confusión, ternura unicelular que no salió más allá de mis sábanas, a veces adquiría la forma de una sonrisa espontánea cuando te dabas la espalda. Cinco años y sé perfectamente que decir la verdad no servirá de nada, no evitará que me sienta menos miserable ni desligada a tu desdén tan bien cultivado. He intentado abordar esta situación de la mejor forma posible, incluso me crei invencible como tantos otros jóvenes cuando ya sabía lo que ocurriría desde el principio, cuando ya sabía que mi sitio no estaba contigo, pero me empeñaba en hacerme hueco y tu aforo era limitado.
Y de repente hoy, un miércoles como otro cualquiera, debo levantarme, debo abrir los ojos y salir de la cama para decirte adiós. Para darte ese último abrazo, retenerte un poquito más, sólo 4 segundos antes de soltarte para después sonreir porque aún me quedan fuerzas a pesar de todo este tiempo y te alejarás sin mirar atrás, sin darme la oportinidad de llegar a ti y yo, entre una nube de confusión y nostalgia inminente me iré por mi camino, cabizbaja sin ser consciente de lo que esa última hora ha significado, sin ser consciente de que todo había acabado y de que en esta despedida la balanza está injustamente desequilibrada.
Cinco años esperando, cinco años buscándote en sombras que me acecharon tantas noches que me enredé en sus encantos. Cinco años que se han adherido tan bien a mis huesos que que volver la vista atrás duele, y mucho. ¿Cómo poder resumir cinco años en menos de mil palabras? ¿Cómo condensar todo lo que se me pasó por la cabeza, todas las estupideces, insensateces y proezas que llevé a cabo sin éxito? Es simplemente imposible. Nada de lo que hoy pueda decir te hará justicia; nada será suficiente para calificar este lustro que transcurrió en espiral. “Ha sido un placer conocerte” fue todo lo que pude decir, fue la única baza que me quedaba , el último resquicio de dignidad que no me conseguiste arrebatar y 24 horas después, tu pérdida se me presenta borrosa y me sigo empecinando en pensar que el destino algún día nos volverá a encontrar y entonces me verás con otros ojos, con aquellos con los que deberías haberme visto desde el principio pero tus retinas estaban demasiado ocupadas. Mientras tanto, sólo puedo refugiarme en la sonoridad de mis palabras teñidas por el sabor agridulce del fin de una etapa y contar la verdad, mi verdad, sin tapujos ni miedo a ser descubierta. Ya no importa realmente.
Adiós ente omnipresente. Adiós cazasueños egoista y manipulador. Adiós mi preciosa e impredecible desconocida. Adiós querida soledad.

lunes, 25 de mayo de 2009

Cuando todo se mide en segundos de irrealidad

Ya es de noche y vuelvo a desvanecerme en promesas sin cumplir, en sueños que concebi pasajeros, antecesores de los que echarán raices en mi subconsciente. Ya es de noche y tiemblo a 24 grados, tiemblo por el parpadeo del tiempo tan fugaz que estremece, tan vertiginoso que me he hecho adicta al vértigo. No hay droga más dura que el miedo a caer, el terror palpitante de la incertidumbre taquicárdica del mañana, del si será o no ella, de quién será ella.Siempre la misma pregunta, y siempre la misma respuesta. No te cansas de vaticinar, no te cansas de perder; eres un ser sediento de masoquismo extremo que roza los límites de lo obsesivo y el juego ya se está desgastando. Tiraste tanto de la cuerda que te quedaste con los dos extremos y ahora sólo te queda saltar o colgarte del cuello.
Y dime ¿qué vas a hacer? ¿Vas a saltar de una vez por todas y atreverte a volar o te vas a colgar del cuello? Perfecto, otra herida de guerra más para la colección; deberías regalarlas como suplementos, entregas semanales si lo prefieres: "Cada domingo con su periódico llévese un órgano masacrado. Esta semana el corazón metálico tras un duro invierno y recuerden que presentando 5 cupones regalo, les obsequiaremos con un sueño frustrado en LG full HD. Es lo bello del capitalismo: todo está en venta y más si tu integridad anda algo tocada estos últimos días.
Y dime ¿has pensado ya qué vas a hacer? ¿Lo has decidido? (Saltar o colgar...saltar o colgar...saltar o colgar...) Saltar y caer. Saltar y perder.

sábado, 23 de mayo de 2009

Nadie está exento del coche rojo de plástico

Sí, es oficial, ya estoy loca. Los exámenes y trabajos kilométricos han conseguido matar esa única neurona coherente que tanto presumía conservar. ¿Cómo me he dado cuenta? Pues muy sencillo. Cuando te sientas en tu "pseudopasillo" longitudinalmente limitado y te pones a jugar con un coche de juguete que venía de regalo en los cereales y lo persigues corriendo para ver si consigues que vaya más rápido, ahí, justo ahí, has tocado fondo. Y da igual que intentes compensarlo leyendo algún poema profundo de esos que tanto te gustan, o que sigas enfrascada en tu trabajo de la mujer y la educación, porque el día de hoy pasará a la historia como el día que perdiste 5 minutos de tu vida jugando con un coche rojo de plástico con las pegatinas mal pegadas, para variar.

jueves, 21 de mayo de 2009

Sueños que paralizan

Hoy soñé que te desvanecías, que te ibas tan rápido como habías llegado y tuve que hiperventilar porque me parecía demasiado brutal para seguir durmiendo. Todo había sido tan fugaz, pero mi cuerpo no se habituaba a tu ausencia, te seguía abrazando, te seguía sintiendo tan cerca que asustaba y no es la primera vez que me ocurre. No es la primera vez que te pseudopierdo; entonces me despierto entre taquicardias y las sábanas parecen telarañas, yunkes de seda que me empalan contra el colchón y miro tu foto, una de tantas que tengo en cada rincón, para comprobar que sigues conmigo, que cuando vuelva a casa irás a recibirme y querrás jugar a la pelota y me volverás loca como haces siempre; me lo dicen esos ojos que parecen espejos, esos ojos que sólo reflejan esperanza transformada en chispas que desprendes al parpadear.
Sólo ha sido un sueño, uno de los malos. Volveré a cerrar los ojos y me perderé en los derroteros del subconsciente que hoy me han desviado cruelmente del camino hacia el atajo del miedo y la oscuridad. Qué solos podemos sentirnos en tan sólo un momento y qué vulnerables nuestras mentes cuando se rinden a los designios de lo inesperado, de macabras sorpresas que ta dan muy mal rollo a la mañana siguiente. A pesar de todo, seguiré soñando, porque únicamente así sabré que sigo viva.

lunes, 18 de mayo de 2009

Cuando son más de las tres, es mejor dormir

Es la última vez que juego a imaginar, la última vez que me dejo embaucar por un nuevo comienzo, por tentativas, por locuras demasiado tiernas para contenerlas todas juntitas en un rincón. Es la última vez que juego a ilusionarme, nada bueno sale de días oníricos refugiada bajo mi manta de lana con la ingenuidad por delante. Es la última vez que escucho, que lo intento, que me esfuerzo, que cedo y concedo, que doy sin esconderme, o doy, pero no del todo. Es la última vez que te busco, que te espero, que te lloro, que te anhelo, que te hago un hueco en mi deshabitado y ecléctico corazón. Es la última vez que me olvido del miedo para atreverme a volar cuando volvar es de locos, de insensatos ingenuos que se creen con derecho a ser felices.
Es la última vez que me paro a pensar en ti, que me obligo a dejar de pensar en ti cuando las promesas nocturnas se borran con el parpadeo del sol, cuando sé que en cuanto ponga el pie en el suelo todo esto habrá sido en vano. El despertador me cronometra, tomo conciencia de lo que el tiempo significa, cada hora esférica naufragando en vidas paralelas, en visiones mucho más placenteras que la auténtica; y he fabricado recuerdos, más bellos y cálidos que los verdaderos y ya no los distingo, no quiero, no quiero separarlos. ¿Por qué elegir entre locura y crueldad, entre espejismo y lo que ofrece el cristal?
Pero si debo elegir, si no queda más remedio, prefiero empezar de cero; una segunda oportunidad para enorgullecerme de mí, para no cuestionarme, para no menospreciarme, para no considerarme no meritoria de ti. Una segunda oportunidad para aprender a disfrutar de lo que me ha tocado ser y volver a cometer cada error con conocimiento de causa para no preocuparme por los daños colaterales.
Es la última vez que pido perdón por ser quién soy, por sentir lo que siento y cómo lo siento. Es la última vez que te dejo dentro. Sal.

domingo, 10 de mayo de 2009

¿Qué es destino? Destino eres tú

*Para la persona que me ha animado a escribir este intento de reflexión con algo de profundidad. Va por ti Interstella. (Esta dedicatoria valdrá millones algun día, imprímela por si acaso xD)
Destino, una palabra sobrevalorada en la que recaen responsabilidades demasiado abstractas e idealistas. Mi destino fue nacer en el año, día y momento preciso; nacer de mi padre y de mi madre. Ese fallo de una noche se ha convertido en un error autosuficiente, soñador y encadenado a la palabra D.
Destino, curiosa palabra. ¿Es el destino el que nos empuja hacia encuentros fortuitos con el amor de nuestra vida? ¿Es el destino el que nos prepara y entrena para el gran momento a base de negativas, fracasos y tardes de domingo comiendo helado? ¿Es el destino el que nos obliga a esperar, a leer mensajes esporádicos demasiado trascendentales o a inventarnos conversaciones hipotéticas de lo que deberíamnos haber dicho en su momento? Esa última despedida, ese último abrazo que supo a eternidad, al sí definitivo.
He nacido para conocerte, para enseñarte y que me enseñes; he nacido para emprender la búsqueda más importante de mi vida, será dura, pero tengo las herramientas necesarias. Todo depende del destino ¿no? Pero al destino hay quedarle un pequeño empujón; para seguir escribiendo necesitamos tinta, depende de nosotros el color y la pluma que empleemos.
Es cierto, el destino está sobrevalorado, pero aún me gusta pensar que cada día, cada decisión, cada tren que no cogí, cada esquina que no giré o no giré, cada vela que he apagado y apagaré me llevarán a ti. Y si gracias a todo este cúmulo de acciones independientes que componen mi todo me servirán para llegar hasta ti, si el fin del viaje eres tú; no podría haber elegido un destino mejor.
Desconocemos las fuerzas que nos mueven o nos detienen; somos marionetas que cumplen con un propósito, un papel en esta gran función cíclica que es el tiempo. Todo estaba escrito, es más, me aventuro a afirmar que todo estaba preparado desde mucho antes de ser conscientes de que existimos. No sé a ciencia cierta si cada individuo tiene su propio destino, si todo tiene su razón de ser o si, por el contrario, todo forma parte de una gran broma cósmica, pero cada noche me acuesto con la convicción de que cada noche estoy más cerca de encontrarte.

viernes, 8 de mayo de 2009

Si no te gusta, apártalo a un lado

*Reflexión como consecuencia de una ensalada de nueces y pasas indignante

Dicen que queda feo, que "eso no se hace en la mesa", pero para todos aquellos que tienen ciertos problemas con la comida, entre los que orgullosamente me incluyo, si no te gusta, apártalo a un lado. Es preferible quedar como un comensal grosero y maleducado que intentar contener los guifos y muecas desagradables que se dibujan en nuestra cara tras haber pillado un ajo por accidente. Es dificil comer cuando no aguantas el 70% de los alimentos; es más, en ocasiones, ir a un restaurante o ser invitado a comer en una casa ajena, puede convertirse en una temeridad si no conocemos el menú de antemano.
No obstante, las compañías y vendedores son conscientes de la baja popularidad de ciertos alimentos, e intentan incluirlos en cualquier sitio de cualquier forma. Un ejemplo claro de ellos son las pasas. Ya no saben qué inventar para que la gente las coma y la deliciosa ensalada de nueces y pasas que tanto te encanta por la mezcla de las nueces con la salsa se ha visto invadida por una masa negra y pegajosa que lentamente las ha ido excluyendo. Primero fueron los yogures, luego el pan y ahora la ensalada. ¿Qué será lo próximo? ¿Los helado? Noooo!!! Los helados no, por favor; ya hemos cedido demasiado terreno con el bizcocho tierno y esponjoso de Mercadona, pero los helados nos pertenecen. Ahora llega el verano y con los helados no se juega.
Por último, lo que hace genial y maravillosa a esta célebre frase es su versatilidad; es decir, "si no te gusta apártalo a un lado" es válida y útil en cualquier sotuación y contexto: ropa, libros, colonias, amigos, parejas, ex-parejas, regalos de cumpleaños y otros obsequios...No os lo penséis dos veces, si algo no os gusta, os animo encarecidamente a apartarlo a un lado. No os empeñéis en disimular o fingir placer, mentir no es la meta, simplemente sonreid cordialmente y apartadlo a un lado, os ahorrará sufrimientos y traumas gustativos.

jueves, 7 de mayo de 2009

Tardes, noches, días

Habrá tardes de invierno
en las que sólo quiera quedarme en casa
enfrascada en horas de pasividad esperando el sol
un descanso de tanta oscuridad.

Habrá noches de insomnio
en las que nada funcione:
contar ovejas
leer Robinson Crusoe
o ver los documentales de la 2 que reponen de vez en cuando.

Habrá encuentros fortuitos
que me obliguen a alejarme
porque no te encuentro
porque sólo te busco a ti
y no estás en ellas.

Habrá tardes de domingo
mañanas, noches
días enteros
que querré pasar contigo,
horas que se funden
que se alargan hasta la eternidad
y entonces todos verán mi sonrisa kilométrica.

Pero mientras tanto
en todas estas tardes
noches, horas abrumadoras de soledad,
elaboraré una lista concienzuda
de todo lo que te daré
cuando me lo pidas.

martes, 5 de mayo de 2009

El cosmopolitismo relativo

Tantas culturas y formas de vida, tantas ideologías y formas de ver el mundo para quedarnos siempre con la misma: la nuestra. Nos gusta viajar, pero siempre con el billete de vuelta cosido al bolsillo para que no se pierda. Nos encanta comer pasta en Roma, gofres en Bélgica, una buena Guinnes en Irlanda y unas fish and chips en el soho londinense, pero a nuestro paladar le entra morriña cuando le falta su ración semanal de paella.
Es curioso el cosmopolitismo cuando pensamos que "como en casa en ningún sitio"; es paradójico innovar, viajar, sentir y vivir aventuras diferentes cuando 4 días nos hartan de emitir palabras que no son nuestras porque no las sentimos nuestras. Es contradictorio el viajero que vuelve a casa aliviado, agotado de empaparse de nuevas texturas, edificios y olores y ya está planeando el siguiente destino. Es masoquista el viajero que se queja de lo cara que está la libra con relación al euro y aún así está pagando 30 libras por un desayuno precario.
A pesar de todos los inconvenientes, horas de espera, colas, tarifas, suplementos, nervios por si "me cabrá o no todo en la maleta", el subidón que produce conocer otro pais condensado en tan poquito tiempo, no tiene comparación. Ya que en estos días tendremos la suerte de escapar de nosotros mismos y todo lo que nos rodea para mezclarnos con otros mundos y otras gentes que no volveremos a ver; recorreremos cada rincón cámara en mano para contar con dos visiones: lo que creímos ver y lo que realmente vimos y al final de cada jornada de senderismo urbano, iremos como ganado a compar las mismas postales para la misma gente, algunas firmadas, otras no, y nos acostaremos con la satisfacción de haber visto un rinconcito más. algo más para tachar de nuestra lista.
En resumen ¿cuándo es el siguiente?

El amor ni se crea ni se destruye, simplemente son las madres

Cuando abri los ojos por primera vez no tenía ni idea. Cuando lloré por primera vez no sabía que habría muchos más llantos provocados por motivos tan diversos como hambre, berrinches, muerte o desamor. cuando te agarré el dedo por primera vez antes de dormir no sospechaba que con la edad el sueño es más pesado y añoro esa paz; añoro ese cuento que me leías antes de dormir y me perdía en tu voz, el tiempo se detenía en tus palabras y no me planteaba nada más, únicamente sumergirme en los mundos que tan vividamente se dibujaban con tu voz.
Me lo das todo sin pedir nada a cambio aun cuando te preocupo y te doy disgustos, aun cuando en ocasiones no duermes por mi culpa o lloras a escondidas para no preocuparme, para protegerme de muchas verdades que duelen.
Otro año más de cariño, de besos y mimos que nunca me canso de recibir. Gracias por no abandonarme, gracias por quererme tal y como soy y respetar mis decisiones aunque en ocasiones sean difíciles de asimilar. Gracias por estar ahi las 24 horas del día, los 7 días de la semana durante los 12 meses del año de manera incondicional. Simplemente, gracias por no rendirte y por hacerme mejor persona. Te quiero, mamá.