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sábado, 28 de agosto de 2010

She comes in the fall

Eras septiembre. Morías en verano, pero el 1 de septiembre renacías, estabas ahí, en alguna esquina, tras alguna puerta mágica y yo debía encontrarla. Eras otoño y primavera, eras el año entero a veces, todo lo que estuviera dispuesta a cederte. Un lustro de rendiciones que culminó en un abrazo ralentizado de esos en los que da tiempo a respirar hondo. Ahora se acerca septiembre y nadie me espera en ninguna esquina concurrida, sólo huyo, del verano, de fantasmas, de todo lo que me atrapa.
Septiembre es transición, cambio de monarca o el momento idóneo para iniciar una encrucijada hacia la anarquía; lo que llegue antes. Treinta días de preguntas, de sorpresas y nuevas incógnitas; la primera pieza del puzzle.
Cuánto ha llovido desde aquel viaje a Lisboa. Antes de ti era otra persona, alguien que no distinguía sonrisas, que no pensaba en las consecuencias de la caída libre. Te convertiste en mi casualidad favorita hasta que el juego dejó de ser divertido y todo cobró realismo. Pero entendi que no serías la única, que habría sucesoras, más hadas embaucadoras que romperían hechizos y acabarían con la pantomima que es soñar.
Ahora descansas con esas hadas. Fabrico fauna y otros universos para desdibujar historias. Collage semipresencial de 365 días, o 500 o 24 años de pares precisos de expiraciones e inhalaciones. El pecho sube y baja por inercia, lo bombean con más grietas y arrugas, pero tiene la habiliadad inaudita de renacer espontáneamente y comienza el reparto de latidos. Vuelta a empezar y la nueva oportunidad rezuma costumbrismo. Yo sólo quería ver el amanecer.
Podrías haber sido la Julieta de las Julietas sin miedo a un suicidio pasional, Verona quedaba atrás y éramos libres de su asedio. Aun así nunca te asomaste al balcón, ni siquiera la puntita de los pies; no adulaste a la luna, ni a las estrellas, me dejaste esperando con los brazos abiertos para cogerte y septiembre cada vez quedaba más remoto.
Hoy duermo en otros colchones y me pregunto si algun día volveremos a chocar. Septiembre es tuyo aunque nunca hubiera luna, ni estrellas, ni encuentros bajo el balcón. Septiembre es tuyo por derecho propio aunque ya no te escriba poemas vomitivos ni crucemos miradas en la biblioteca. Aún veo tu sonrisa desde el otro lado de la calle y el tumulto se dispersa y las hojas vuelven a caer por ti.

*Qué significas cuando hablas
cuando te vuelves metáfora
y cobras mil formas
y adoptas silencio.
Yo sólo puedo ser arlequin
encorbado por el tintineo de los cascabeles
y mi contoneo nunca te atrapa
y mi hélice te circunda con movimientos medidos
y tú sales huyendo en espiral.

28 de agosto

Este año empiezas el cole. Comparte los colores, no intentes resistirte ni marcar "el tuyo", créeme, se dan cuenta y te lo quitan...Y recuerda, si te pegan o se meten contigo, haz lo que hemos hablado y sobrevivirás a los primeros dos años. Después será hora de la charla de los cinco años en la que te enfrentarás a retos más peleagudos. La ley del más fuerte impera, esa o la ley del más desapercibido. No dés mucho jaleo si no quieres ganarte una reputación turbia desde el principio. No te rompas el babi en el primer mes y cuando te digan que te lleves tu juguete favorito un viernes, coge uno pequeño y feo, después tienes que compatirlo con el resto y siempre se rompe algo.
FELIZ CUMPLEAÑOS.

jueves, 12 de agosto de 2010

Agujeros, vacíos y rompeolas

El agujero se abre más y más y arrastra consigo todo tipo de objetos. Del interior sale una luz verde que hipnotiza, no la miréis durante más de un segundo, querréis saber lo que hay dentro. ¿Tendrá fin? ¿Es sólo vacío temporal en el que no existe realidad alternativa ni posibilidad de huir hacia un capítulo más de otro de esos misterios que nunca se revelan? Momento diván con el agujero antes de ceder a la gravedad y caer en plancha sin ningún intento de planear. Un esqueleto cubierto por su cuerpo cayendo a velocidad de humanoide y los dedos arañan el aire como un papel cortado en tiras; inservible, confidencial, descompuesto.
¿Acaso el agujero es la vuelta al orígen? Posición fetal en el sofá antes de decidir, temor ante la posibilidad de volver a rodearnos de placenta y células madre que salvarán la vida a nuestro hermano terminal. Monjas y monaguillos tiemblan de alegría reprimidos. En sus cabezas ondea el deseo de una segunda oportunidad, pero lloran, mucho, a mares, a raudales, ¿de qué? De impotencia, el karma no existe, la reencarnación es un rumor nocivo, una práctica hereje en un mundo acostumbrado a dudar de todo y a escapar de lo "moralmente" incorrecto.
De repente este agujero se les antoja la excusa perfecta para deshacerse de toda la calaña que predica perversión e innumerables actos pecaminosos predispuestos a cabar con todo. Tanto amor, tantos seres y tan sólo una forma adecuada de sentir, de abrazar. ¿Qué hacemos con los invertidos? ¿Será el agujero lo suficientemente grande para los millones de inmorales que se atreven a desafiar la ley única?
Esta noche he sentido el impulso de tirarme de cabeza y callar unas cuantas bocas, complacer al Papa, a las monjas de la caridad y a todos los bienaventurados que "únicamente quieren repartir amor y la palabra del Señor". Esta noche realmente quise zambullirme en la oscuridad, pero al asomarme vi un letrero enorme de neón que decía:
NI DE COÑA.

domingo, 8 de agosto de 2010

El circo

El circo ha vuelto a la ciudad con la promesa clandestina de una nueva huida. Los trapecistas ponen a punto las cuerdas. Es lo que lleva más tiempo puesto que existen cientos de tipos de cuerdas y nudos. Tenemos las cuerdas bien tensadas, cuerdas que se lanzan y nadie las coge, cuerdas que se tensan y se destensan según quien se encuentre en el otro extremo; de ellos depende el control, caída libre o equilibro perpendicular. Y con tanta cuerda se nos olvidó soltarnos del tobillo para no caer de bruces y tropezar con la escalera antes de llegar a lo más alto. Trapecistas, minuciosos manipuladores del aire, un descuido y...¡puf! Calcio en la pista central.
Hacía tiempo que no iba al circo. Echaba de menos a la mujer barbuda y a su séquito de freaks sacados practicamente de una imitación adulterada de Tod Browning. En el circo nada es lo que parece, la realidad no supera a la ficción, ella misma es ficción o puede que realidad distorsionada de uan forma poco convencional. Cuántas veces habré soñado con subirme a esa cuerda y cruzarla hasta que las ampollas ya no salgan sino que se adapten a la horma. Cuántas veces habré soñado con llegar al centro, a lo más alto y saltar con los dedos cruzados para caer justo en toda la red.
También ha vuelto contra todo pronóstico por su avanzada edad, el elefante Fanti acompañado de su nuevo retoño aspirante a recoger el relevo de sus padres mastodónticos. De la ilusión cre que he visto a Alf camuflado entre las caravanas comiendo nachos con queso ya fundido de tanto calor. Me encanta el circo y la pretensión que le acompaña.  Todos sabemos cómo camuflarnos entre el público y fingir que el espectáculo no va con nosotros; no obstante, estamos expectantes por ver el truco final: el aro de fuego o la ruleta rusa. Todo vale para clavarse en la retina. Todo vale mientras el juego sea legítimo para alguien. Es hartamente difícil acertar con la medida idónea de azar.
El circo ha vuelto a la ciudad y me he dejado apresar por sus falacias una vez más. Error de principiante que no acaba de solventarse. Maremoto, eso eres, un maremoto u otra catástrofe de daños colaterales similares.
Todo está listo para el estreno, la gran función, la misma que ha de repetirse periódicamente y aún sigo sin cogerle el tranquillo.
Llega el truco final, el gran maestro lo anuncia a grito pelao: pasen y vean la estupidez en estado puro. En un rincón, con tan sólo 2 neuronas, el amante encadenado. En el otro rincón con 4 neuronas y una lengua viperina demasiado zalamera, la zorra de su ama.¿Quieren ver una lucha sangrienta? La suerte está echada, liberadlos de sus cadenas.