Powered By Blogger

miércoles, 31 de marzo de 2010

Periódicos: ese pájaro de mal agüero

Esta mañana, ojeando el periódico, encontré por casualidad tu obituario y me pregunté cómo en diez años pudimos abandonarnos tanto. De repente, apareciste, no tú exactamente, sino tu versión tergiversada de hace veinte años, según mi perspectiva y volvi a entristecerme. Creo que no iré a tu entierro por temor a no saber muy bien qué decir. Visionar el momento del reencuentro frente a una caja de madera supongo que no es la reunión más idónea. Pero tomar un café suena de lo más inoportuno y temo que no estarás libre para cenar.
¿Qué decirte con los ojos cerrados cuando todo alrededor es congoja? Yo así no me concentro. ¿Cómo llorar? ¿Qué balbucear con la mano en el corazón y la cara contraída cuando ya hace demasiado tiempo que eras sombras? Lógicamente, siento muchísimo tu pérdida. Es una verdadera tragedia, para tu familia y amigos, para ti incluso mayor. No iré a tu entierro, no, pero mañana mismo te llevaré un ramo de flores y te contemplaré en silencio con una de esas charlas telepáticas tan trascendentales, mientras poco a poco soy consciente de que diez años no es una distancia insalvable si consigues aferrarte a un segundo de majestuosidad.
"Nunca olvidaré nuestro primer segundo". Logro al fin decir en voz alta y coloco con cuidado cada una de las flores que elegi sin reparar en preferencias, pero tú eras más de cardos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario