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miércoles, 3 de junio de 2009

El parque: la burguesía de Toys ´R Us

El parque, ese cubículo rectangular, la creme de la creme de los niños comprendidos en las edades de 3 a 12 años. Todo está estratégicamente colocado: los bancos situados alrededor del rectángulo desde los cuales, padres/madres/abuelos divisan y controlan cada movimiento entre pipa y pipa, y en el centro de todo, el circo romano, una batalla de pelotas, coches y otros artefactos diseñados para dar siempre en la diana como no prestemos atención.
Como buen organismo social que se preste, el parque tiene sus estratosferas y las jerarquías están bien marcadas. Todo ello queda ejemplificado en los distintos tipos de niños, porque, oh, sí, existen distintos tipos de niños. En primer lugar, nos encontramos a los niños malos o little bullies, estos niños tienen la función importante de atormentar y abusar de otros niños, preferentemente de los más pequeños y débiles. A continuación, y muy de cerca, los niños egoistas o infantus posesivus, todo es suyo y no cederán su turno hasta que no sea estrictamente necesario. Existe otro tipo, uno muy peligroso, prácticamente indestructible, se trata de los niños con padres; estos niños gozan de vigilancia y protección asegurada en todo momento, cuando se cruzan dos niños con padres en el mismo parque, da comienzo una batalla campal brutal por hacerse con el dominio de los columpios, el terreno más codiciado. Los perdedores irán al tobogán. Por último, pero no por ello menos importante, tenemos dos ultimos tipos: los niños pacifistas, que no se meten con nadie, sólo quieren divertirse y se conforman con atrincherarse en el rincón que les dejen, y los niños demasiado grandes pero empecinados en salirse con la suya, a primera vista inofensivos, pero pueden volverse violentos si no caben en los columpios. Mucho cuidado con ellos, suelen empujar del tobogán al resto.
¿Cómo sobrevivir en el parque? Es importante no ser forastero, es decir, asistir con frecuencia a un mismo parque y forjar un circulo de amistades, conocidos, unos contactos que te introduzcan en el mundillo. Una vez dentro, es vital pasar desapercibido y tener siempre las mejores pelotas y un cargamento de chuches para recurrir al chantaje en situaciones extremas, incluso sobornos. No es facil abrirse camino, habrá días duros, fríos, lluviosos, esos días en los que está prohibido jugar para no ensuciarse la ropa de los domingos. Es en esos días, donde se demuestra el coraje y valentía para seguir adelante, el niño que se atreve a desobeder a su madre, a sabiendas de una colleja asegurada, ese niño es digno de pertenecer al clan del parque.
El parque, ese lugar para reconciliarnos con nuestro yo de 10 años que se empeña en querer salir , esa versión minimalista de alguien que en su día supo caerse sin llorar, aunque fuera alérgico a la mercromina y el alcohol escociese más, pero el dolor se olvidaba con un regaliz de fresa, la aspirina más eficaz.
Yo sobrevivi al parque y estoy aqui hoy para contarlo, si tú tambien lo lograste, enhorabuena y te animo a compartir tu experiencia.

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