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miércoles, 12 de agosto de 2009

¿Dónde ir?

¿Dónde vamos cuando necesitamos escapar, cuando el aire es tan denso que nos asfixia con tan sólo intentar ponernos en pie? ¿Cuál es ese rinconcito del mundo, de nuestro pequeño mundo, que nunca enseñamos a nadie, que mantenemos escondido por miedo a profanar su sacracidad? Ese lugar casi unidimensional donde nos retiramos a soñar cuando el miedo se vuelve intenso, ese lugar que nos acoge cuando el horizonte amenaza tormenta. ¿Dónde vamos? ¿Qué hacemos cuando no estamos listos para hablar?
Dime tu lugar, dime tu secreto para aguantar, dime dónde te ocultas cuando todo parece moverse a cámara lenta. Enséñame dónde el tiempo y el espacio dejan de compartir dimensión y sólo tú eres capaz de manipularlos con un arte casi innato.
Yo solía tener mi lugar, un lugar donde el sol daba tan fuerte que me quemaba a franjas; "Langosta humana" me llamaban. Allí me escondía de todo, atesoraba mis pensamientos psicótico-obsesivos que únicamente un masoquista empedernido podría disfrutar. Allí he leido, he conocido a poetas de dudosa vocación, he escrito, perdón, he creido escribir, he visto, he entendido todo al revés sin saber que era la mejor forma de entenderlo todo. Allí me resigné a perder para volver a creer que los monstruos del armario sólo existen cuando los llamo.
Ahora necesito ese rincón, me llama tan fuerte como el canto de sirena a un marinero a punto de naufragar y aunque intento sustituirlo, no puedo engañarme, la soledad no sabe tan bien cerca de casa. Ahora necesito parar el tiempo e ignorar el deseo constante de querer volver a atrás. Ahora necesito no pensar, ni reflexionar, ni divagar, ni hablar, ni compartir, únicamente olvidar. No necesito discursos existenciales, ni el recurrido juego metafórico de suerte y destino. Sólo quiero escapar, ser cobarde, egoista; pensar, actuar y hablar sin filtro, sin esta dictadura gramatical que paraliza mis palabras, pero en este caso, la anarquía es imposible y es cuestión de tiempo que entre en razón.

4 comentarios:

  1. me gusta! déjate llevar :)

    un besin, te encontré!

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  2. Wola!!! Me alegra contar con tu ojo curioso de vez en cuando xD. Un besote!!!

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  3. El mundo es tan cambiante, tan inesperado, que es bueno construirse una guarida, no sólo para desalentar al azar sino tambien y sobre todo para borrar las culpas que los buenos vecinos nos endilgan.
    Desde la guarida vemos transitar el invierno maldito con su helado cortejo. Vemos pasar a las brujas del norte con su esperpento globalizador. Y apenas distinguimos a través de la niebla a los buitres solemnes que perdieron el rumbo.
    En la guarida estamos ilesos mientras cunde algún desastre. Y nos contamos cuentos y encendemos la antorcha.
    Si una Ella nos hace compañía, vaya gloria plural. Y si estamos aislados, solitarios, vaya pobre singular. En la guarida, sin la entrañable plebe, somo los modestos propietarios de un milímetro de universo, de un centímetro de mundo.
    Somos tan transparentes, tan formales, tan ácidos, que el protoplasma añora sus antípodas y nos pide colores y hasta salmos de ateos.
    La eternidad se aburre o se calcina. Los deseos se asoman en el hueco y dejan flores por si acaso.
    En la guarida estamos casi a salvo. Nadie puede matarnos. Salvo la muerte, claro.

    Que diría nuestro querido Benedetti :)

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  4. Gracias Leticia por esas sabias palabras de nuestro alabado genio chileno xD.

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